Podemos tener un gran proyecto, con objetivos, indicadores, metodología y planificadas todas las acciones que vamos a realizar durante todo el proyecto, pero aun así puede ser un completo desastre. ¿Y sabes por qué? Porque falta lo más importante: tener un gran equipo que le lleve a cabo.
Los proyectos educativos y posiblemente de cualquier sector que tienen éxito se debe a que hay un gran equipo detrás, el recurso fundamental de cualquier proyecto son las personas que lo ejecutan y que velan por cumplir sus objetivos.
En estos proyectos, que se trabaja por el bienestar, el aprendizaje y el desarrollo de personas, aún es más importante que el equipo tenga clara su función, el objeto que persiguen y que sepan como adaptarse a las necesidades. En definitiva, trabajar en equipo para conducir el barco hasta el puerto de destino.
Esto de trabajar en equipo parece fácil ¿verdad?, pero no lo es, se necesita un trabajo previo para que el engranaje funcione bien. Son muchas las experiencias las que he tenido, buenas, malas y regulares, que me han ayudado a aprender las claves fundamentales para que “los planes salgan bien”, como decía uno de los personajes de la serie de televisión el EQUIPO A.
Son muchos los elementos, que tienen que entrar en juego, para conseguir un buen trabajo en equipo pero aquí te dejo 6 que para mí son imprescindibles:
El equipo tiene que volar en “V”
El apoyo mutuo del equipo en la misma dirección.
Aprendamos de los gansos, cuando cada pájaro bate sus alas produce un movimiento en el aire que ayuda al pájaro que va detrás. Por este motivo vuela la bandada completa en “V”, aumentando su poder. Si las personas nos unimos, compartimos una dirección común, nos apoyamos y superamos nuestras diferencias, volaremos más rápido.
En un equipo tenemos que ayudarnos, apoyar al que va delante y dar ánimos al que va detrás, así conseguiremos fortalecer nuestro trabajo y hacer posible todo lo que nos propongamos.
Si no conoces el poder de volar en “V” te invito a que leas detenidamente este texto, que para mí es la brújula para guiarte a experiencias de equipo extraordinarias. Puedes verlo en el post “Las Herramientas que forman parte de mi historia”.
Pocas veces he podido experimentar volar como los gansos, pero cuando lo he logrado ha sido una experiencia única. Poder sentir que eres un equipo hace que nada te pare a conseguir el objetivo que tenéis en común.
Ser la mejor caja de herramientas.
Cada miembro tiene unas habilidades y capacidades que aporta al equipo.
Todos/as somos diferentes, cada uno de nosotros/as tenemos nuestras habilidades y capacidades, pero también nuestras debilidades. Y en un equipo hay que tenerlo en cuenta, cada uno/a podemos aportar nuestras habilidades, conocimientos y capacidades para que el proyecto salga bien, pero también tenemos que mostrar nuestras debilidades para poder ser apoyados/as cuando lo necesitamos.
Antes de ponernos manos a la obra, el equipo debe hacer un trabajo previo para evaluar con que caja de herramientas se enfrenta, y así poder dar responsabilidad y confianza a cada uno/a de su equipo. Cada una de las personas del equipo son importantes e indispensables porque cumplen un papel.
Te dejo un pequeño texto, basado en esta metáfora para poder trabajarlo y reflexionar con tus compañeros/as. Puedes verlo aquí. ASAMBLEA DE LA CARPINTERIA
Visualizar el puerto de destino.
Tener siempre presente los objetivos del proyecto.
A veces cuando comenzamos nuestro proyecto, aunque tenemos escritos los objetivos, los perdemos de vista o cada uno/a los entiende o percibe de una manera, este es el momento donde todo empieza a ir mal porque cada uno toma direcciones diferentes o a veces incluso opuestas.
Los objetivos del proyecto son los que nunca podemos perder de vista, los tenemos que tener presentes en cada momento, porque si no nunca llegaremos a ellos y no podemos olvidar que es nuestro fin, nuestra transformación social.
Por eso tenemos que tomarnos una sesión para reflexionar sobre ellos y discutirlos hasta tener todos/as claros la dirección que tenemos que tomar para conseguirlos.
Y si es posible cada día o el tiempo que se considere, tomarnos un rato y evaluar que avances hemos logrado y si fuese necesario reajustar el camino para llegar el puerto de destino, que es el logro de estos objetivos.
Tener clara la receta
Cómo llegar al objetivo, y consensuar el modo de actuación.
Te pondré un ejemplo para explicarte mejor esta clave, que estoy segura que te resultará familiar.
“Un niño quiere conseguir algo, entonces se acerca a un monitor y le pregunta, a lo que el este responde con un NO, entonces lo intenta con otro/a monitor/a ver si consigue un SI. ¿Cuál sería la solución de un equipo que funciona?
Efectivamente, todos darán la misma respuesta. Esto es fundamental, el equipo tiene que tener las mismas pautas de actuación para que sea fuerte, consolidado y los mensajes se han coherentes.
He puesto el título de la clave con la metáfora de una receta, así que intentaré también explicártelo desde ese punto de vista.
Si cada miembro del equipo tiene la misma receta y sigue sus pasos, aparentemente tendremos el mismo pastel. Es cierto que seguramente no sean exactamente todos/as iguales, porque cada uno/a tenemos nuestro “toque personal” pero los ingredientes y los pasos a seguir serán los mismos.
Los equipos para que funcionen tienen que marcar su metodología y sus pautas o principios de actuación para que así sea coherente, exista un mensaje claro y una manera de hacer las cosas común.
Por eso debemos escribir, discutir y consensuar la receta antes de poneros a hacer el pastel.
Saber quién se ha llevado el queso.
Adaptarse al cambio. Evaluar y siempre estar preparado a cambiar la estrategia.
¿Conoces la fábula del libro “Quién se ha llevado mi Queso? El autor es Spencer Johnson.MD, es un ejemplo de cómo adaptarnos a un mundo en constante Cambio.
En un proyecto educativo tenemos que estar preparados para cualquier cambio, trabajamos con personas, así que no podemos ser rígidos en nuestros planes y tenemos que saber adaptarnos a las necesidades de las participantes y de cada circunstancia.
No podemos pensar que porque nos funcionó una estrategia una vez, nos va a funcionar siempre, tenemos que ser capaces de reinventarnos cada día y probar nuevas fórmulas.
Hay que estar atentos/as al ritmo que nos va marcando el proyecto, puede que haya que parar porque se requiere seguir profundizando en algún aspecto, cambiar el rumbo o acelerar el paso porque las necesidades nos lo exigen.
Emoción y pasión.
Pertenencia al grupo y pasión por lo que haces. Cuando hay emoción hay éxito.
Horas y horas currando, estáis exhaustos, todo el equipo está igual, pero hay algo que hace que no paréis. ¿Qué es? Pues que estáis disfrutando cada momento con lo que hacéis y además estáis a gusto currando juntos/as porque os sentís un equipo. No importa los obstáculos que se os pongan delante porque el sentimiento de unión y pertenencia hará que lo superéis, además la pasión por lo que hacéis hará que nada os pare. Esta es la clave que hace a un equipo invencible porque se levantará tantas veces sea necesario.
No sé si te pasa a ti, pero yo cuando siento emoción por lo que hago consigo todas mis metas y emocionar al que está a mi lado, pero cuando esa emoción no existe todo toma un color gris del que no sé salir.
Y hasta aquí las 6 claves que te quería contar, esto es el fruto de muchos años trabajando en proyectos de infancia, adolescencia, familias, discapacidad y Educación para el Desarrollo, con equipos de todos los colores, aprendiendo de las personas que los integran.
Psdta: Quiero aprovechar para dar las gracias a todos/as mis toboganeros/as por descubrirme lo extraordinario de pertenecer a un equipo, volando en “V” y a las “Dos Marías” por ser una de las mejores cajas de herramientas a las que he podido pertenecer.
Desde mi punto de vista y como lo expone Raquel, es la gran clave para crear y construir. Partiendo también desde mi experiencia en equipos que intervienen con personas y especialmente con menores, hay que saber primero que no es una tarea fácil que tiene sus poderosas sombras y sus increíbles luces. Somos personas que recibimos el sufrimiento de los demás y que también lo devolvemos y tú compañero o compañera no debe sufrirlo. Lo que quiero decir es que en los equipos, desde mi opinión, es imprescindible hablar de emociones, tanto si son dolorosas como emocionantes. Además también no hay que condenar las acciones hay que empatízarlas aunque no estés de acuerdo con ellas.
Soulmate, tienes mucha razón compartir tus emociones con tu equipo es fundamental. Gracias por compartir tu experiencia y añadir otra clave importante a esta lista.
Un abrazo.