El verano ha comenzado y con él multitud de campamentos para niños y niñas están a punto de dar el pistoletazo de salida: campas urbanos, itinerantes, de inmersión lingüística, con tiendas de campaña, en albergues...
Hoy quiero compartir este espacio con alguien con la que he compartido muchos campamentos, Ana Muñoz Gundián. Hemos compartido muchos momentos de satisfacción, aprendizaje, frustracción, esfuerzo e ilusión juntas. Ahora, las dos hemos tomado el camino de emprender, así que estoy segura que seguiremos compartiendo experiencias y proyectos de futuro.
Ana, aparte de una monitoria "10" es psicóloga con orientación gestálica, que lleva trabajando más de 10 años con niños y niñas en diferentes ámbitos. Esta enfocada a la reflexión sobre la convivencia entre peques y adultos/as y lo que en ella se moviliza como una oportunidad de crecimiento y desarrollo personal.
Ana, un placer darte la palabra.
En algunos casos los niños y las niñas van con muchas ganas: momentos de aventura, de conocer nuevos amigos o reencontrarse con ellos y ellas año tras año, momentos de creatividad, canciones a la luz de las estrellas y de vivir la naturaleza de cerca. En otros casos no eligen esta opción, no les apetece nada y se trata de la opción disponible dada la incompatibilidad entre sus horarios y los de sus familias.
Actualmente como cuidadora y anteriormente como monitora sé que estoy pasando con los niños y niñas con quienes estoy trabajando unos ratos que seguramente preferirían pasar con papá y mamá. Establecemos vínculos fuertes, pasamos ratos geniales y nos reímos muchísimo; también hay momentos de estrés de aversión total hacia mí, de tristeza y añoranza.
Por mucha diversión e innovación que se quiera proponer desde los equipos de monitores, el campamento a veces se parece mucho a una jornada escolar, sobre todo si se trata de un campamento urbano (a veces incluso en su mismo cole): comedor escolar con un servicio de catering parecido, propuestas que se desarrollan en aulas, grupos organizados por edades, monitores a quienes no dejan de llamar profes... No es que niñas y niños no disfruten de estas opciones, o que disfruten menos de éstas frente a campamentos de aventura (de hecho, puede ser que prefieran este formato que les permite estar con sus amistades, su familia, en su barrio).
Lo que me parece fundamental sea cual sea el formato del campamento es recordar que son sus vacaciones, su tiempo de descanso después de un curso lleno de horario estructurado y obligaciones. Ansían tiempo libre, tiempo con sus familias, dormir hasta tarde, holgazanear y dejar que desde el aburrimiento emerjan la fantasía y las aventuras.
He participado en muchos campamentos y de un tiempo a esta parte comencé a plantearme qué y cómo se ofrece a los peques que participan en un campa. La pregunta que me rondaba era bastante más cruda: ¿Qué pinto yo aquí? ¿qué pinto yo intentando que estos peques se lo pasen bien a toda costa aun cuando sé que esta no es su elección? ¿qué pinto yo tan falta de tolerancia a todo su abanico emocional? Después convertí esa pregunta llena de desconcierto en algo más amable y constructivo: ¿Qué mirada quiero tener hacia los campamentos y todas las personas que conviven en ellos? ¿qué puedo hacer en esta realidad en la que participo sabiendo que puede haber momentos duros o al menos agridulces para los niños y las niñas?
Aquí algunas ideas y orientaciones que me han venido bien:
Amar la diversidad, la profesión, a las personas con quienes convivimos.
La vida es diversa, las personas somos diversas (tantas veces nos lo recuerda Raquel en SoyMundo). Todas las personas somos diferentes y aunque esto resulte algo obvio conviene recordarlo especialmente cuando convivimos tanta gente de forma tan intensa como es en un campamento. Diferentes gustos en el ocio, en los juegos, en las comidas, en los hábitos de descanso, en la expresión de las emociones y opiniones, en la necesidad de contacto físico... Tantas realidades como personas.
La diferencia que siempre enriquece puede vivirse también como una dificultad a la hora de organizar la rutina de campa y si esta visión acerca de lo difícil acapara todo el espacio estamos condenadas un campamento bastante penoso. Sin negar que puede haber momentos difíciles e incómodos, recordemos que la atención a las diferencias puede brindar momentos maravillosos. Recomiendo una mirada de asombro para para niño y cada niña: la persona que tenemos en frente es una manifestación más de la vida llena de matices, vida en constante cambio y evolución.
Estamos además eligiendo esta profesión, dedicarnos a la educación y al contacto con niños y niñas en sus momentos de ocio, a la coordinación con otras personas para sacar adelante un bonito proyecto. Nadie nos obliga, así que pongamos toda nuestra ilusión y amor en juego para que estén disponibles para quienes vayan a compartir estos días con nosotros. Entendamos el amor como la aceptación del legítimo otro, amor por su proceso de desarrollo, sus necesidades y ritmos.
Recordar siempre la propia responsabilidad.
Preparar un campamento lleva mucho trabajo: la búsqueda de materiales, instalaciones, el diseño de los horarios, de las actividades, la elección de cuentos, excursiones, veladas, temática, menú, música... ¡tantas preguntas se despiertan cuando hay tanto que preparar por delante!
Mucha gente trabajando durante mucho tiempo, echando horas e ilusión. La mayoría de las veces las propuestas salen, y en otras ocasiones el resultado es decepcionante: no gustan como esperábamos, el grupo no conecta, surgen problemas de coordinación entre el equipo, cae una tormenta y chafa todo lo previsto...
Hay una delgada línea entre lo que es pedir respeto al trabajo y lo que se convierte en exigir que la actividad salga adelante. Y cuando esa línea se salta, me molesta enormemente. Creo firmemente que hay que poner límites cuando existen faltas de respeto a cualquier persona, cuando no se cuidan los materiales o las instalaciones... Pero es que a veces nos empeñamos en que las actividades les gusten según la expectativa que nos hemos formado en la cabeza. Creo que eso no es justo: están en su perfecto derecho a disfrutar con unas propuestas más que con otras, a poder elegir y expresar su opinión.
No traslademos nuestra frustración a ellos y a ellas, liberémosles de la culpa que a veces les colocamos cuando achacamos nuestro chasco a lo que es una legítima diferencia de opinión y gusto. Tampoco juzguemos a quienes no disfrutan con las veladas de terror, con los juegos de agua, con las gymkhanas guarras... No son aburridos/as ni miedicas ni especialitos/as: son diferentes (como todos/as) y tienen gustos diferentes (como todos/as).
Tenemos al equipo de monis y coordis para desahogar lo que necesitemos con la confianza que necesitemos. Si nos comunicamos con niños y niñas, cuidemos al máximo las palabras y el tono que usamos. Estamos educando con el ejemplo, así que procuremos hablar de cómo nos sentimos y escuchar cómo se sienten los demás de una forma respetuosa, asertiva y constructiva. La escucha activa y la comunicación no violenta pueden ser unas herramientas muy valiosas para ello. Abre la mirada, presta atención a las múltiples propuestas que Raquel te ofrece desde SoyMundo y los campamentos te resultarán espacios de crecimiento a ti también.
Un deseo
Que se multipliquen los campamentos en los que niños y niñas puedan elegir las actividades que más les apetezcan, todas elegidas a favor de su desarrollo, con monitores y monitoras formados en las pedagogías activas y la educación libre para que el campamento pueda ser un espacio de libertad, desarrollo y respeto mutuo.
Si eliges esta profesión, ámala. Por unos campamentos llenos de amor.
Muchas gracias Ana por compartir estas reflexiones con SoyMundo, un campamento es una experiencia de aprendizaje para adultos/as y pequeños/as, te hacen crecer como persona, conocerte mejor a ti mismo/a y descubrir a personas increíbles como tú.
Ahora Ana ha cogido el camino de emprender ofreciendo terapia de autoconocimiento y crecimiento personal. También imparte talleres y charlas en diferentes espacios para grupos. Te recomiendo que visites su blog