Siempre guapa y perfecta.
Eso es lo que las niñas y mujeres oímos desde bien pequeñas. “Tienes que ponerte un poco guapa” “Que van a decir si vas con estas pintas” “Así no pareces una niña” “No comas tanto que no te va a entrar el vestido” “Píntate un poco, que menuda cara tienes” “Así no vas a conseguir novio” “hoy es tu día y tienes que estar guapa y perfecta”
¿Guapa para quién? ¿Y qué es estar perfecta? ¿Qué es estar guapa?
Desde niñas, nos sentimos perseguidas por este fantasma de la belleza que cada una va escapando como puede y decide. Yo voy a serte sincera, aún no he conseguido escapar y mira que lo intento.
Por circunstancias de la vida, últimamente tengo a este fantasma mucho más presente, me persigue de cerca.
Píntate las uñas, maquíllate, lleva tacones, ponte ropa femenina, mantente en el peso ideal, recógete el pelo, depílate, ¿esta son algunas de las premisas para estar guapa?
Y si yo me siento guapa, con unos pantalones de montaña, unas zapatillas, el pelo sin peinar y con la cara lavada ¿No basta?
Pues dentro de la sociedad en la que vivimos parece que no, ¿o sí? Hoy quiero gritar que las mujeres y las niñas somos guapas porque nos sentimos guapas, no porque hagamos todas esas cosas que los roles de género determinan que tenemos que hacer. No tenemos que estar guapas para nadie, sólo para nosotras. Si te encanta pintarte las uñas de colores o maquillarte cada día, ¡pues olé tú!, pero si no quieres maquillarte, ni depilarte y vestir con vaqueros siempre, ¡pues olé tú!. Basta de decirnos lo que es bello y lo que no. Lo bello es ser tu misma, la diversidad de cada una de nosotras y nosotros.
Por todo esto, creo tenemos que educar a las niñas desde pequeñas a ser ellas mismas, a sentirse seguras de quienes son por dentro y por fuera, decidiendo sin presiones y fantasmas.
En este artículo quiero traerte tres cuentos para ayudar a las niñas a esta misión:
Yo voy conmigo. Raquel Reguera.

A la protagonista del cuento le gusta un niño llamado Martín. Pide consejo a sus amigos/as de lo que puede hacer para que él se fije en ella, escucha todos lo consejos y va cambiando su forma de ser, de vestir y poco a poco va perdiendo todo lo que le hacía ser ella misma, va perdiendo su identidad. Ahora la que no consigue reconocerse es ella misma, por lo que olvida todos los consejos y deja de lado el gustar a Martín sino gustarse e identificarse ella misma.
Guapa. Harold Jimenez Canizales

Un cuento genial sobre autoconocimiento, identidad y autoestima, un canto a ser uno/a mismo/a sin dejarse llevar por ser aceptado/a por el grupo.
¿Una bruja guapa? Claro que sí. La bruja ha quedado con el Ogro, pero quiere estar guapa por eso cambia su aspecto, el Ogro no la reconoce, ni ella tampoco.
Es una historia que refleja como alteramos nuestra imagen para llegar al ideal de la sociedad de “belleza”. La manera de verse guapa es ser una misma no falsear siendo otra persona, por que no te reconocerás ni tú ni los demás.
Malena Ballena. Davide Cali

Las niñas se reían de Malena cuando iba a la piscina debido a su peso, pero gracias a su monitor que le cuenta un truco, su vida empieza a cambiar. Somos lo que pensamos que somos.
Este cuento es una muestra de superación, confianza en uno mismo y como mirar la vida. Porque podemos ser quienes queramos ser.
Los niños también tienen que aprender desde pequeños a ser ellos mismos, sin restricciones y entender que las niñas son guapas cuando son ellas mismas.
Muchas gracias Raquel por este post y por los cuentos, simplemente genial. Recurriré a ellos.
Muchas gracias Inma, espero que te sirvan cada uno de ellos.
Muy buena manera de transmitir valores tan importantes a los más pequeños como es el amor propio. Gracias por compartir esta información 🙂
Desde pequeños tenemos que fortalecer el amor por nosotros/as mismos/para ser quien queramos ser. Muchas gracias Maira.
Pantalones de montaña, zapatillas… cara lavada… hay atuendos que conectan tanto con quiénes somos y qué sentimos que al mirarnos al espejo percibimos poder y fortaleza. Y tan guapas!
Apuntados los cuentos, qué ganas de echarles mano, muchas gracias!
Muy de acuerdo contigo, es fundamental conectar con quienes somos.
Muchas gracias por las recomendaciones. Yo tengo mellizos de tres añitos, niño y niña, y vivo esta presión para estar guapas a diario. A la niña la hemos tenido que poner gafas y parche porque no veía nada por un ojo y hay que hacerlo trabajar, pues no sabes la cantidad de veces que me han dicho que es una pena que le haya tocado a la niña, que sería mejor que las gafas las llevase el niño. ¿Perdona? Y lo de mi madre es… entramos por la puerta y lo primero que hace es quitarle las gafas para que salga “guapa” en las fotos, “vamos a quitarle a mi princesa esas gafas feas” le dice a la niña. Y bueno, el otro día me dice que mejor que un parche adhesivo la ponga uno de los que se enganchan a las gafas para poder quitárselo más fácilmente para las fotos, y yo ¿cooooomo? La niña necesita tener el ojo tapado para recuperar vista, bastante me cuesta ponerle el parche, como para quitárselo para una foto, pero claro, es una niña y tiene que estar “mona”. Y mi suegra igual, montó un dramón cuando la vio porque con lo guapa que ERA es una pena ponerle esas gafas “de culo de vaso” (palabras textuales) todo el día, mi marido ya le dijo, precisamente si las gafas son así de gordas es por lo que necesita llevarlas todo el día. Un mes llevamos con las gafas y ya hemos oído de todo, menos mal que ella está encantada con sus gafitas.